Ana y Koro
Mongolia. Julio 2025
Grandiosa, salvaje a la vez que moderna, pura, diversa, maravillosa. Viaje extraordinario con muchos contrastes y enorme belleza. Gentes amables, cercanos, inteligentes, fuertes y luchadores, con su invierno a menos 40 grados, y muy muy familiares.
Viaje potente, difícil de explicar para que se entienda con nuestra mentalidad de nada que ver. Sorprende todo; el paisaje tan variado, tan dispar según la zona, los amaneceres y atardeceres increíbles. La capital potente, a veces agobiante, adaptada a la época, moderna. La comida, mucho vegetal y mucha proteína, mucha carne, sus quesos, su leche, sus natas exquisitas. Sus campamentos de gers, divertido dormir en ellos, aunque a veces difícil. Los inmensos rebaños de cabras, ovejas e increíbles caballos, sin olvidarnos de los jaks y camellos.
No ha sido un viaje turístico al uso, tiene inconvenientes, como sus caminos de barro, piedras, corrugaciones, que te hace el recorrido de muchas horas, si quieres ver la diversidad de las zonas a veces estresante, pero divertido. Son excelentes conductores.
Puedo seguir contando pero llenaría páginas. Solo puedo recomendar ir a Mongolia y a ser posible en fechas del exclusivo y grandioso festival Naadam. Tengo 70 años , viaje de 18 días, he podido con el y estoy encantada. No recuerdo si ha habido algo malo. Totalmente aconsejable, pero deja la mentalidad de turista en casa ,esto es otra cosa.
Gracias a Zuriñe de Viajar a la Carta de Donostia por tu gestión del viaje. Gracias a Tuareg, por la organización del mismo, Gracias a nuestro guía el Puche por cuidarnos y gracias a las familias nómadas que nos abrieron su hogar, nos agasajaron y nos enseñaron su dura vida.